Innovación de impacto: Cómo evaluar y diseñar productos digitales sostenibles
5 de noviembre de 2024
La innovación de impacto: Un enfoque integral para el cambio sostenible
Es hora de romper con la idea de que la tecnología es buena o mala según su uso. El impacto de cualquier innovación tecnológica depende de la intencionalidad con la que ha sido creada, desde su conceptualización hasta cada paso de su diseño y desarrollo.
La Innovación de impacto representa una oportunidad para redefinir cómo concebimos y desarrollamos productos y servicios, generando un valor que va mucho más allá de los beneficios económicos. A diferencia de la innovación tradicional, que suele centrarse principalmente en mejorar la eficiencia y competitividad, la innovación de impacto tiene un propósito más amplio: busca mejorar activamente la vida de las personas y proteger el entorno natural en cada fase de diseño y desarrollo. Y no sólo eso: un 79% de las empresas que incorporan estrategias impulsadas por impacto reportan mayor competitividad. Si no lo haces por el planeta, hazlo por la sostenibilidad de tu negocio.
Por qué la naturaleza es ahora un tema estratégico para el negocio
La investigación del Stockholm Resilience Center sobre los límites del planeta establece nueve áreas críticas que sustentan la estabilidad de la tierra. Actualmente, seis de estos límites han sido sobrepasados. De ahí también el aumento de la presión regulatoria.
Es por esto que las empresas que están integrando en sus estrategias e innovaciones principios de ESG están reduciendo su riesgo, y mejorando su resiliencia ante los desafíos naturales, además de generar valor en los negocios.
En este contexto, cobra especial relevancia la actual Directiva sobre Reportes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), un marco regulador que obliga a las empresas a informar de manera transparente y detallada sobre sus efectos sociales y ambientales. La CSRD impulsa la responsabilidad en la gestión empresarial, asegurando que la sostenibilidad esté en el centro de todas sus actividades. Además, con esta ley llega la multa. Las responsabilidades de incumplimiento se equiparan a las responsabilidades derivadas de los informes de información financiera. En este sentido, es primordial evaluar, diseñar y desarrollar productos digitales que no solo sean rentables, sino que también respondan a las expectativas de reguladores, clientes y de la sociedad en general.
Si quieres profundizar en la implementación de la CSRD y explorar las herramientas tecnológicas que pueden optimizar el proceso de reporting, puedes acceder a nuestro Webinar sobre sostenibilidad, IA y automatización para CSRD. En él, abordaremos estrategias, planes de trabajo y herramientas para crear reportes alineados con esta normativa, además de resolver tus dudas junto a expertos del área.
Estrategia de impacto
En un proceso de innovación partimos de un reto específico a resolver en el que se crean soluciones priorizadas por criterios relevantes para la organización: habilidad para resolver el problema, escalabilidad o time to market son algunos de los más utilizados. En el caso de innovación de impacto, evaluamos también factores que van desde los recursos que consume el producto en su desarrollo y operación, hasta los efectos sociales y ambientales que genera.
Cuando uno de nuestros objetivos estratégicos es maximizar el impacto positivo, es esencial tener claro nuestro punto de partida y el destino al que queremos llegar. Es decir:
- Definir una línea base que recoja el conjunto de datos que describan las condiciones antes de implementar cambios:
- Uso de recursos naturales: Cuantificar los recursos consumidos.
- Efectos en el ecosistema: Evaluar cómo el producto afecta al entorno natural.
- Contaminación: Medir la huella de carbono generada a lo largo del ciclo de vida del producto.
- Fijar objetivos estratégicos, incluyendo aquellos que aborden los riesgos y oportunidades ambientales y sociales asociados a nuestra actividad económica.
En este punto, realizar un análisis de la competencia y de doble materialidad puede ser valioso para entender cómo otros están diseñando sus productos y cómo esto y el medio ambiente puede afectar nuestra posición en el mercado.
La identificación del impacto en productos digitales también es relevante, aunque pueda parecer menos evidente. Por ejemplo, un estudio de The Shift Project reveló que una hora de streaming en Netflix genera aproximadamente 36 gramos de CO, y otro informe de la Universidad de Purdue mostró que una hora de videollamada produce entre 150 y 1,000 gramos de CO, dependiendo de la calidad de video y la infraestructura utilizada.
A lo largo del artículo, abordaremos este proceso en torno a un reto: lograr un cambio cultural profundo en la percepción y relación de los usuarios con el sistema bancario. Este desafío busca redefinir el valor financiero incluyendo impacto social y ambiental, sostener la rentabilidad sin perder propósito y lograr compromiso de los usuarios. Para ello creamos junto Abanca B100: un banco digital centrado en la salud financiera, personal y ambiental.
Índice de Impacto GAIA: Evaluando el impacto positivo de la tecnología
Evaluación de impacto
El Índice de Impacto GAIA, una iniciativa que hemos desarrollado en colaboración con la Universidad de Valladolid, busca ofrecer un marco estructurado y exhaustivo para evaluar y mejorar el impacto positivo de productos y procesos tecnológicos. Este índice se enfoca en cómo la tecnología puede realmente aportar valor en áreas como la sostenibilidad ambiental, el bienestar social y el crecimiento económico.
Aquí, comparto las seis áreas clave que componen el Índice GAIA y que nos permiten no sólo medir, sino también maximizar los beneficios de nuestras soluciones tecnológicas.
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Impacto social: Un producto digital puede tener un impacto significativo en la inclusión social y la igualdad de oportunidades. Por ejemplo, eliminando comisiones y ofreciendo beneficios adicionales a clientes activos, accesibilidad para clientes con discapacidades visuales o auditivas en la interfaz, opción de microcréditos, crear una plataforma educativa sobre educación financiera, apoyo a emprendedores con orientación o créditos especiales.
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Sostenibilidad ambiental: Este aspecto mide el impacto en términos de reducción de emisiones, eficiencia energética y reciclaje de recursos. Los productos digitales pueden optimizarse al migrar a servidores con energía renovable, al reducir la complejidad del código para disminuir el uso de recursos o fomentando el reciclaje y la reutilización de dispositivos bancarios.
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Impacto económico: Además de su sostenibilidad ambiental y social, los productos digitales pueden tener un efecto positivo en la creación de empleo y la innovación. Por ejemplo, la transferencia de conocimiento en software de código abierto puede ser escalada a nuevos sectores, la contratación de talento local y desarrollo de habilidades mediante formaciones o la expansión de servicios financieros a sectores con menor inclusión financiera.
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Integración en la cadena de valor: Esto incluye no solo a la empresa que desarrolla el producto digital, sino también a sus proveedores de hardware, infraestructura y servicios. Por ejemplo, en bancos digitales podría utilizarse la selección de proveedores cloud con energía 100% renovable o la trazabilidad con blockchain para asegurar la transparencia en los procesos.
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Gobernanza y trazabilidad: Contar con métricas claras que midan el impacto de las decisiones tecnológicas y de procesos, además de políticas de transparencia y estructura clara de gobierno, es fundamental. Sobre todo a partir de ahora que deberá reportarse y ser auditado.
Viabilidad y resiliencia: Los productos digitales deben ser capaces de adaptarse a cambios en la tecnología y en la normativa. Implementar una arquitectura flexible, modular y eficiente, la automatización en la identificación y gestión de riesgos normativos y de ciberseguridad, pruebas de estrés para medir resiliencia frente a picos de demanda pueden ser clave para la sostenibilidad de bancos digitales a largo plazo.
Identificación y priorización de iniciativas o funcionalidades
El índice GAIA permite tanto ofrecer un scoring de impacto a partir de las características clave de un producto o empresa, como también definir funcionalidades o características para un nuevo producto dentro de las seis áreas. En este segundo enfoque, una vez identificadas dichas iniciativas, podemos avanzar hacia su priorización para maximizar el valor y alineación con nuestros objetivos estratégicos.
1. Identificación de áreas críticas
A partir de la evaluación del impacto inicial o la definición de las distintas iniciativas, se identifican las áreas con mayores emisiones y riesgos utilizando una matriz de materialidad. Esta matriz permite visualizar el impacto de diferentes temas sobre el negocio y su relevancia para los grupos de interés, como empleados, clientes, reguladores y la sociedad en general. Para evaluar y priorizar estas áreas, se pueden considerar tres criterios clave: la mejora de la eficiencia ambiental, el impacto en costes y el valor que generan para el cliente y el negocio. Por ejemplo, en el caso de B100 trabajar con centros de datos de Google Cloud con energía 100% renovable y la optimización de su infraestructura y código, reducía su impacto ambiental un 25% respecto a la media, y el impacto en costes era incluso positivo, ya que la eficiencia generada reducía su consumo cloud. A su vez, esto permite también mejores condiciones para los clientes.
2. Priorización de iniciativas
Se priorizan aquellas iniciativas que presentan el mayor impacto y viabilidad en función de nuestros objetivos estratégicos. Mientras que el sector financiero suele enfocarse en mejoras incrementales, Abanca apostó con B100 por la sostenibilidad y los incentivos para clientes activos como núcleo de su propuesta. La idea es priorizar el 20% de Pareto con el que se consiguen el 80% de los resultados. Por ejemplo, una vez que Elon entendió que ganar en Pensilvania sería decisivo para inclinar la balanza en las elecciones de EE.UU., se instaló allí y persistió hasta cambiar el curso de los acontecimientos.
3. Implementación de mejoras
Una vez definidas, se aplican metodologías de innovación y transformación para implementar mejoras que fomenten una mayor diferenciación. Esto puede incluir un uso más eficiente de la infraestructura en la nube mediante autoescalado, apagado de recursos inactivos, uso de instancias reservadas, circularidad de recursos y optimización del almacenamiento de datos.
4. Monitorización y ajuste continuo
Es fundamental medir y monitorizar continuamente la efectividad de los cambios en tiempo real, ajustando las estrategias según sea necesario.
Para facilitar un análisis rápido del estado de madurez en sostenibilidad y eficiencia energética de tu empresa, en SNGULAR hemos desarrollado una autoevaluación que proporciona un diagnóstico inicial, ayudando a identificar fortalezas y áreas de mejora.
Para que puedas realizar un análisis rápido del estado de madurez de la sostenibilidad, eficiencia energética y de recursos en tu empresa, en SNGULAR hemos definido una autoevaluación que ofrece un punto de situación con el que identificar puntos fuertes y áreas de mejora.
Conceptualización y diseño de productos digitales sostenibles
¿Cómo podemos diseñar o redefinir un producto partiendo de los objetivos estratégicos y las áreas de mayor impacto identificadas?
B100, es un banco 100% digital que desarrollamos desde cero para nuestro cliente Abanca. Nace con el propósito de cambiar el paradigma de la industria bancaria a través del concepto de "healthy banking", fundamentándose en tres ejes: salud financiera, salud personal y salud del planeta. Como bien señala Jorge Mahía, Director Ejecutivo de B100: «B100 nace desde el minuto uno con un propósito: promover un estilo de vida saludable y sostenible».
La implementación de esta idea se basa en los principios del Design Thinking de Tim Brown y David Kelley, junto con la metodología Lean Startup de Eric Ries. Este enfoque ágil e iterativo permite obtener retroalimentación de los clientes desde las fases iniciales, recopilando datos y comentarios del mundo real antes de comprometerse completamente al desarrollo.
Para cumplir con los criterios de sostenibilidad, utilizamos la metodología de Diseño Centrado en el Planeta. Este enfoque busca minimizar el impacto negativo mientras atrae a nuevos clientes a través de innovaciones sostenibles. El primer paso fue definir una serie de objetivos y criterios de impacto, así como realizar una investigación exhaustiva para comprender las tendencias del mercado, las necesidades de los clientes, sus motivaciones y las restricciones ambientales. Para ello, definimos el concepto de sostenibilidad y cómo integrarlo en una propuesta financiera atractiva. A través de métodos de investigación cualitativa y cuantitativa, identificamos las necesidades del cliente potencial mediante entrevistas, encuestas y grupos de enfoque.
Como resultado, diseñamos una app digital centrada en el planeta y las personas, que promueve la sostenibilidad y la salud financiera. B100 ofrece beneficios financieros a los clientes que mantienen un estilo de vida saludable y activo, eliminando comisiones y proporcionando una tasa de interés atractiva con mejores condiciones a las que tienen aquellos clientes que no lo hacen. Además, una parte de los beneficios generados por los pagos con tarjeta se destina a la ONG Gravity Wave, que se dedica a limpiar plásticos del mar.
El proyecto B100 se desarrolló con la eficiencia como mantra, logrando un menor impacto digital. El resultado es una aplicación atractiva y amigable que ofrece todas las funcionalidades de un banco digital de última generación, con un sistema de diseño orientado a la sostenibilidad y características que ayudan a los usuarios a alcanzar sus objetivos de ahorro. Si quieres conocer el proyecto de B100 en más detalle, puedes verlo aquí.
El proyecto B100 nos impulsó a desarrollar herramientas de diseño centradas en la sostenibilidad, como nuestras Cartas Planet Centric Design, que fomentan la conciencia y la responsabilidad al conceptualizar productos y servicios.
En definitiva, la innovación de impacto redefine la creación de productos digitales para que no sólo sean rentables, sino también socialmente responsables y ambientalmente sostenibles. Casos como B100 demuestran cómo el “healthy banking” puede diferenciarse al integrar sostenibilidad y valor social, respondiendo tanto a las expectativas de clientes como de reguladores.
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