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Innovisación, improvisación para innovar

Innovisación, improvisación para innovar

En Sngular hemos decidido incorporar dinámicas del teatro de improvisación al proceso de innovación que aplicamos con nuestros clientes y partners, creando un concepto que llamamos “Innovisación”.

¿Qué es la Impro?

La improvisación es un ejercicio de construcción colaborativa en tiempo real que se aplica sobre un escenario. Es decir, los actores crean escenas ante su público trabajando sin un guion predefinido. En general, se pueden resumir en 3 las reglas básicas de la impro:

  1. Aceptar. Dado que la escena se construye sobre la marcha, una regla básica es aceptar lo que el compañero propone. Lo contrario, negar, interrumpe la escena y lo que es peor, el hilo de pensamiento que ha iniciado una persona. Es la regla del “Sí”.
  2. Aportar. Una vez que aceptamos la propuesta del compañero, el siguiente paso es hacer la aportación, porque improvisar es un trabajo en equipo, a diferencia del monólogo. Es la regla del “Además”.
  3. Avanzar. Cuando se acepta y se aporta, el resto de los actores están listos para seguir construyendo, haciendo que la escena, y por tanto la historia, avance en su desarrollo; y esta es la experiencia que se ofrece al público.

Innovisación aplicada

Hay 5 elementos del proceso de la Improvisación que pueden trasladarse al contexto de un proyecto de Innovación; porque disparan la efectividad del equipo. Son los siguientes:

  1. No se sabe el resultado de la improvisación. Cuando los actores empiezan a improvisar pueden llegar a tener algunas certezas del punto de partida, pero no conocen el resultado. El resultado se descubre al final de un proceso creativo, en el que se usan ciertas técnicas y dinámicas, aplicadas desde la experiencia, y reforzadas por la complicidad.
  2. Se improvisa en Equipo. La improvisación es esencialmente un trabajo en equipo. Los actores están juntos en la escena, y el éxito o el fracaso de la misma depende exclusivamente de las relaciones que se hayan tejido previamente, y también de las que se construyen sobre el escenario. Por eso no hay lugar para los Egos ni los Llaneros Solitarios; cuanto más unidos estén los actores, mejor será su proceso de impro. Esta unidad se traduce en que todos se apoyan entre sí, de manera que cuando uno flaquea, la solución no es dejarle a un lado; sino que el resto trabaja y le ayuda a levantarse.
  3. Las escenas no se pueden parar. Una de las claves de la impro es aceptar como verdadero y válido lo que dice el compañero. Aceptarlo significa creerlo, aunque no lo creamos. Verlo, aunque no se vea. “Aceptar” es justo lo contrario de decir “eso yo no lo veo”. Básicamente, se consigue confiando en la persona; porque entendemos que hay un buen motivo para lo que está haciendo, y que esa línea que ha disparado para él tiene sentido y ha pensado que es el camino que hay que seguir.
  4. Para improvisar primero hay que escuchar la propuesta del otro. Para que durante una impro alguien pueda “Aceptar” la propuesta de otra persona, primero hay que escucharla. Meterse en la escena significa estar pendiente de lo que está pasando, de qué hacen el resto de actores, cuál es su emoción, cómo se comportan, de dónde vienen y hacia dónde van, porque no hay un guion aprendido antes. Si el guion se está construyendo sobre la marcha, será necesario estar pendiente de cómo se construye.
  5. Improvisar es construir sobre las propuestas. Llegados a este punto, solo queda repasar cuál es el papel de aquellos que han escuchado y aceptado la propuesta que viene de un compañero. Lo que tienen que hacer es aportar sobre ella y avanzar, y eso es construir y mejorar. Es el clásico “sí, y además” que se intenta inculcar en cualquier dinámica de creación en grupo, solo que en el mundo de la impro no es algo “opcional” o “deseable”. Es algo “necesario”.

Los beneficios de la Innovisación

Aplicar dinámicas de Improvisación a la creación y forma de trabajo de los equipos de Innovación fomenta una serie de comportamientos que son relevantes para la cultura de cualquier organización:

  • Simetría y reciprocidad. Al escuchar a los compañeros, los compañeros nos escucharán. Al cuidar a los compañeros, ellos a su vez nos cuidarán. Al no juzgar las ideas de los demás, ellos no juzgarán las nuestras.
  • Confianza y humildad. Para no juzgar a los demás, hay que empezar por no juzgarse a uno mismo. En general, se juzga o cuestiona a los compañeros cuando no se cree en su criterio o en su capacidad, cuando no se confía en ellos. Y al no confiar en ellos, se activan los mecanismos de defensa, o incluso de ataque.
  • Generosidad. En la impro las personas se empujan unas a otras a seguir adelante, y para conseguirlo, cada actor busca que el compañero se encuentre bien y pueda seguir avanzando. No se ejerce un liderazgo impositivo ni exclusivo, ni se abandona a las personas que están por debajo de su nivel. En general, no se puede abandonar a un compañero en mitad de la escena.
  • Seguridad. Tener la certeza de que los compañeros confían en nosotros y no nos darán por perdidos, crea una sensación de seguridad. Y cuando hay seguridad no hay miedo, sino confianza en uno mismo. Confiar en uno mismo permite confiar en el resto.
  • Creatividad. No por obvio resulta menos importante. Improvisar consiste básicamente en crear. Lo mismo que innovar. El ser humano es por definición creativo, lo que pasa es que no todas las personas confían en su creatividad, o han aprendido a expresarla.

En Sngular trabajamos los procesos de Innovación formando equipos multidisciplinares con personas que tienen diferentes experiencias y visiones: del negocio, del mercado, del cliente, del delivery, de la tecnología… Tienen la mentalidad, comportamientos y características que este artículo describe, y trabajan codo con codo con nuestros clientes en procesos de creación conjunta de nuevos modelos de negocio y productos y servicios digitales.

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