¿Realmente conoces tu potencial? Mejora analizando tus fortalezas y debilidades
16 de octubre de 2024
¿Te has parado en alguna ocasión a pensar en ti mismo? ¿En cómo superar o cumplir tus objetivos? ¿Sabes en qué eres realmente bueno y cuáles son tus puntos débiles?
Es importante que analicemos y miremos dentro de nosotros mismos para tener claro cuáles son nuestras fortalezas y nuestras debilidades y poder mejorar, en lugar de presumir de unas y esconder las otras.
Estamos formándonos constantemente en nuevas skills para tener un conocimiento más amplio sobre todas las materias, pero no nos paramos a pensar que también es muy importante potenciar lo que ya sabemos y lo que hacemos bien para sacarle valor y potenciar nuestro desarrollo profesional y personal.
Lo primero de todo es saber QUÉ son las fortalezas y las debilidades de las personas:
“Las fortalezas son aquellas cualidades, actitudes y habilidades deseables y sobresalientes de una persona. Una cualidad se convierte en fortaleza cuando se manifiesta como un rasgo constante y destacado de la persona, lo que le da ventaja respecto de los demás”.
En contra nos encontramos con las debilidades: “Las debilidades son atributos no deseados en una persona, ya que resultan poco útiles para lograr los objetivos propuestos”.
Una vez que ya sabemos lo que son las fortalezas y las debilidades tenemos que sacar partido de ellas, y para ello podemos seguir 3 pasos:
Identificar tus fortalezas y debilidades
Párate a pensar qué es lo que realmente te gusta hacer, qué se te da bien, en qué destacas…
Viaja mentalmente por todas las áreas de tu trabajo y de tu día a día. Revisa la productividad que obtienes en cada actividad. Aquellas en las que la productividad sea mayor, se pueden asociar a tus puntos fuertes, por ejemplo, planificar, comunicar… y en las que sea menor serán tus debilidades. Además con tus fortalezas sueles disfrutar y realizar tu trabajo con mayor comodidad (pese a que los demás no opinen lo mismo) porque de alguna manera te sientes gratificado y haces las tareas que más te gustan.
Para identificarlas es interesante realizar una lista con tus fortalezas y otra con tus debilidades, sin ser muy exigente con uno mismo. ¡Nadie es perfecto!
Si te cuesta identificarlas siempre puedes pedir feedback.
¡Ponlas en marcha!
Una vez que tienes las fortalezas identificadas hazte un plan de acción en las que pongas en marcha todas tus habilidades con el objetivo de utilizarlas conscientemente y así potenciar tus resultados, mejorando lo que ya haces bien.
También piensa en cada una de las debilidades que has detectado. Algunas de estas debilidades detectadas puede que te resulten indiferentes porque no te aporten nada, y otras bastante importantes que te interesará mejorar. Para ello, puedes dar una puntuación a cada una de ellas para hacer un ranking de cuáles son menos importantes porque no te afectan, y cuáles mejorar para ayudarte a avanzar, a ser más feliz, a cambiar… Si detectas alguna debilidad de esta índole ponte en marcha y busca cómo superarlo para que se convierta en una fortaleza.
Evaluar los resultados
Ya que tienes tu plan de acción y estás aplicando tus habilidades, debes echar la vista atrás y evaluar los resultados que estás obteniendo.
¿Realmente estás aprovechando tus habilidades y fortalezas en tu día a día? ¿Estás buscando ayuda para superar lo que no se te da muy bien?
No es necesario que cambies de la noche a la mañana, ve realizando estos cambios para fortalecer tus habilidades y comenzar a ver las debilidades como una nueva oportunidad poco a poco. Haz que se vayan convirtiendo en hábitos cómo los que realizamos en nuestra actividad constantemente, sin pensarlo.
Para convertir las acciones en hábitos es importante la motivación y la constancia.
También es importante que busques ayuda. La puedes encontrar en libros, cursos, coach, en tu responsable e incluso en tus propios compañeros. Nadie mejor que las personas con las que trabajas a diario o las personas que te conocen realmente bien, para que te ayuden a cambiar e incluso a detectar tanto tus fortalezas como debilidades, ya que desde fuera las personas nos ven de una forma diferente a como nos vemos nosotros mismos a causa de la exigencia que a veces tenemos con lo que hacemos.
Mejorar requiere superarse y cambiar. Y cambiar supone realizar un esfuerzo, pero seguro que merecerá la pena, tu trabajo tendrá más valor y tu autoestima también te lo agradecerá. ¡Todo esfuerzo tiene su recompensa!
Dentro del ámbito profesional debes tener claro si quieres fortalecer algunos de tus puntos fuertes y convertirte en un experto de esa materia, o quieres ser una persona más generalista y saber un poco de todo sin destacar en nada en concreto. En este caso tendrías que centrarte en mejorar tanto tus fortalezas como tus debilidades.
En definitiva, es importante conocernos a nosotros mismos y cambiar en todo lo que nos puede hacer mejores personas y profesionales. Hay que ir cambiando hábitos de forma simple y sencilla, trabajando con constancia, alegría y motivación.